martes, 19 de noviembre de 2013

Bernardo Grobocopatel: "Más importante es el recorrido con que uno llega a un lugar, que el éxito o no, que se obtenga en la búsqueda"

Tras la derrota de Agropecuario en la final del torneo local, el Presidente del club, Bernardo Grobocopatel,  escribió en la red social Facebook un pensamiento suyo y de otros referentes "Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuando compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo, y qué es secundario, me estaría equivocando".
Bernardo Grobocopatel - Presidente de Agropecuario Argentino
Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo por que quiero ganar cuando compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo, y qué es secundario, me estaría equivocando.
Estoy absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores intrascendentes. Pasa que claro, nos las describen con un peso tan significativo, que pareciera imposible resistirse a valorarlos. Creo que el espíritu amateur, el amor hacia la tarea, es el único que vuelve satisfactorio el transito por el trabajo. Cuando observo de qué manera son descriptos hacia el público las celebridades, los ídolos, lamento muchísimo que se jerarquicen ese tipo de cosas, que se describan millonarios, que se lo describan famosos, que se lo describan extraídos de la realidad social, fuera de la gente común.
Sí estoy convencido de una cosa: fui feliz cuando disfrute del amateurismo, fui feliz cuando crecí enamorado de mi trabajo, yo tengo un amor profundo por el fútbol, por el juego, por la esquina, por el baldío, por el picado, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido, todo lo que fueron agregando para convertirlo extrañamente en deseado.

Quiero insistir con que mucho mejor es ser prestigioso que popular, que mucho más importante es el recorrido con que uno llega a un lugar, que el éxito o no, que se obtenga en la búsqueda. Que los hechos son mucho más significativos que las palabras, que demostrar es más importante que hablar. Nunca me deje tentar con los elogios. Los elogios en el fútbol son de una hipocresía absoluta. El fútbol está concebido así, tiene que haber una gran alegría o una gran tristeza. Derrota o victoria, sangre o aplauso son valores muy caros al ser humano. Entonces, en el fracaso sufro mucho la injusticia del trato, no lo logré nunca dominar eso. Siempre sufro mucho cuando perdemos y cuando soy maltratado, pero sí logré no creerme la duración del éxito. Como no se revisa por qué ganaste, da lo mismo que te adulen por haber ganado, no porque mereciste ganar, por el recurso por el que ganaste, entonces tuve claro siempre que esa franela, porque ése es el termino, es impostora.
No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando se gana, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando se pierde sucede todo lo contrario, hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo por que perdiste.

En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal.