Haciendo un poco de historia, nos encontramos con que un 21 de noviembre de 1935 se fundó en nuestro país la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería y desde 1961 el Ministerio de Salud de la Nación instituyó el 21
de noviembre como el Día de la Enfermería, en coincidencia con la festividad de
Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad.
Al igual que los religiosos, quien elige ser enfermera está eligiendo una forma de vida pues tiene muy claro que a partir de la elección, su vida ya no le pertenece, sino que la entrega a sus pacientes. La enfermera es una profesional de la salud al servicio de la
comunidad que se prepara y se capacita para prestar servicios en la prevención de enfermedades, protección y recuperación de la salud, como así también en la
rehabilitación individual, familiar y comunitaria.
Ser enfermera es asumir un compromiso de vida para con el otro y que ese compromiso no se limite
al desempeño de actividades técnicas que bien pueden ser desarrolladas por alguien, medianamente entrenado. Ser enfermera significa capacitación para estar al día con el avance del conocimiento, significa analizar ese conocimiento para aplicarlo en el momento justo,
significa dejar constancia de esos resultados, para que otros lo
aprovechen.
Y también significa forzar el alma para entrar en contacto con las necesidades de otros.Significa también renunciar a la propia vida para sufrir la de los demás. Significa sonreir ante el dolor ajeno y disimular el propio.
En síntesis; entre tantas cosas, ser enfermera significa compromiso, solidaridad, entrega, renunciamientos, sacrificios y sobre todo, mucha humildad. Ser enfermera, sin dudas es algo único...!
¡Felicidades ENFERMERAS!