Más de 5500 usuarios se vieron afectados por un corte de
energía provocado por la caída de un árbol sobre la línea de media tensión en
el Acceso Espil casi Julio F. Ramos. En ese momento se realizaban trabajos de
desmonte en los polémicos terrenos del hospital que serán vendidos por el
municipio.
Mientras la ciudad ardía al calor de los 35 grados que a esa
hora marcaba el termómetro, la “caída” de un árbol sobre la línea de media
tensión de EDEN en el Acceso Espil, justo donde están ubicados los tan mentados
terrenos que sacará a la venta el municipio en los próximos días, fue el golpe
de gracia y de desgracia para más de 5500 usuarios que por espacio de quince
(15) horas debieron sobrevivir en el infierno.
Aunque el municipio niega el desmonte, los testigos dicen
otra cosa. Aunque la empresa informó que las “pericias” realizadas dieron como
resultado que el árbol cayó por sí solo,
ni ellos se lo creen. Lo cierto es que la impericia, la irresponsabilidad y la
torpeza de un gobierno apurado por la coyuntura política del momento, comete
estos errores de imprevisibilidad que dejaron consecuencias nefastas para los
comerciantes y familias, pero además pusieron en serio riesgo la salud de niños
y adultos mayores que se vieron afectados por las altas temperaturas que abrasa
por estas horas a esta región.
Cronología del disparate
Eran las 8:25 de la tarde cuando en Crónica TV Nelly Omar
dejó de cantar en su homenaje póstumo. A esa misma hora, se apagaron
ventiladores, equipos de aire acondicionado, heladeras familiares y comerciales
en un radio delimitado por el Acceso Espil hasta Guemes y desde Av. San Martín
hasta Santa Fé.
Unos 5500 usuarios de
EDEN nos quedamos sin energía eléctrica con todo lo que ello significa, pero
claro, muchos pensaron que el corte sería breve y que en cuestión de minutos se
restablecería el servicio. Los minutos se hicieron horas y por supuesto la
preocupación de comerciantes y vecinos iba creciendo hasta que desde la empresa
se emitió el primer comunicado de expresaba: “el corte de energía eléctrica se
debe a la caída de una planta sobre la línea de media tensión en el Acceso
Espil casi esquina con Julio F. Ramos y afecta a unos 5500 abonados. Trabajan
en restaurar el servicio. La reparación definitiva será mañana domingo”.
Al parecer, quienes realizaban tareas de desmonte en los
terrenos adyacentes al hospital y que el Intendente Torchio venderá en las
próximas horas a los adjudicatarios del programa Pro.Cre.Ar no advirtieron que
las ramas de un árbol que cortaban con tanta urgencia caerían sobre la red de
energía eléctrica. De ahí al caos fue cuestión de segundos: tres columnas con
su tendido de cables fueron a parar al piso y casi media ciudad sin luz. Casi
nada Torchio.
Sin embargo, rápidamente circuló la versión de que se trataba
de un árbol añoso y que a raíz de su edad y su estado, cayó por su propio peso.
Esta versión llegó tarde porque la infidencia ya había sido cometida y vino de
una fuente muy cercana al incidente.
La responsabilidad de la empresa
Mientras el tiempo pasaba y el servicio no se restablecía,
desde las redes sociales los usuarios cargaron sus tintas contra la empresa
EDEN a quien responsabilizaban por una situación que por entonces ya era
dramática. En efecto, hay responsabilidad de la empresa pero hay mayor
responsabilidad en quien provocó la caída del árbol.
A favor de EDEN se le reconoce el esfuerzo para restablecer
la energía ya que pudieron al menos recuperar a usuarios desde San Martín a
Galcerán y de Carlos Arroyo a Guemes trabajando hasta la medianoche, pero sí
cabe reprocharle el hecho de que al resto de los usuarios se les hubiera
informado de lo que ocurría por entonces y que iban a estar sin servicio hasta
el mediodía del día siguiente.
La responsabilidad de terceros
Por el otro lado, el mayor responsable es quien hacía el
desmonte y quien dio la orden de desmontar. A propósito de esto, muchos se
preguntaban si en verdad hay tanta urgencia de vender los terrenos como para
comenzar a “limpiarlos” al día siguiente de aprobada la Ordenanza que autoriza
su venta; pero aun así, surge por sí sola una nueva pregunta: ¿si se tenía
previsto desmontar cerca de un tendido eléctrico, por qué no se tomaron las medidas
de precaución aconsejables como para evitar este desastre?
Sabido es que la puja política por vender y no vender estos
terrenos generó opiniones y debates de
todo tipo y que la mayoría automática en el Concejo Deliberante lo coloca al
Intendente en el podio como el gran ganador de esta pulseada. Los votos
favorables le daban un privilegio que nadie discute, ni siquiera la familia donante;
pero sin embargo con la aprobación en la mano, hubo que poner manos a la obra
con más atropello que apuro, exponiendo a vecinos, familias, niños, ancianos,
comerciantes, etc. a riesgos innecesarios.
¿Será la empresa o el municipio los encargados de resarcir
por las pérdidas materiales de los comerciantes y aquellos vecinos que ya
habían llenado su heladera para pasar la nochebuena con alimentos perecederos y
con cadena de frío obligada? ¿Era necesaria semejante torpeza?